En apenas treinta días, José supo que padecía un incurable cáncer de hígado y que iba a tener un hijo. El tiempo que el cáncer tardaría en matarlo no diferiría mucho del que el embrión necesitaba para gestarse, y un propósito ocupó la voluntad de José: dejarle a su hijo un cuento como legado.
En 1989, José, personaje de “Adiós India, Adiós,” tras cumplir una pena de cárcel de tres años en la prisión militar de Alcalá de Henares por deserción, repite el servicio militar como parte de la condena.
Gracias a la influencia de su cuñado, oficial del Ejército de Tierra, su destino es la caja de reclutas de A Coruña.
En esa situación, a José se le diagnostica un cáncer de hígado y, casi al mismo tiempo, sabe que va a tener un hijo a causa de una relación ocasional con Elisa, una joven limpiadora del Hospital Militar, de origen aldeano y ánimo rebelde.
A raíz de esas circunstancias, José establece una mayor vinculación con Elisa, en su momento con aspiraciones de más alto vuelo pero ahora preocupada por estabilizar su empleo en el Hospital, sometido a un proceso de incorporación de personal civil auxiliar para sustituir a las Hermanas de la Caridad, que empiezan a escasear.
También, y contra su reticencia, fundada en imprecisas creencias orientales, a dejar obras perecederas que perpetúen su individualidad, José acaba cediendo al impulso de redactar un cuento como legado para su hijo.
La novela narra la evolución de la enfermedad de José, el proceso de gestación del cuento, las vicisitudes de las perspectivas laborales de Elisa y de la relación de ella con José y, finalmente, el nacimiento del bebé y la muerte de José.
Como colofón de su vida, José deja encomendado a una señora, a la que la madre de Elisa ha servido como asistenta y que ha prestado ayuda a José en los momentos finales de su vida, el encargo de entregarle a Paco, su amigo, ausente cuando José muere, el bote en el que se guardan las cenizas de Sarahi, la perra que en “Adiós India, Adiós” se sacrificó por José, para que, en su nombre, las esparza en el océano atlántico, en occidente, ya que él no podrá hacerlo en India, en el Ganges, en oriente.