Varlam Shalámov, maestro ruso de la literatura universal

Ilustración: ficha policial de Varlam Shalámov

Varlam Shalámov nació en Vólogda, Rusia, en julio de 1907.

Su infancia se desarrolló en el mundo armónico de la patriarcal familia de un pope progresista y recto.

Todo eso se esfumó en 1918: la familia se hundió en la miseria, murió un hermano, el padre quedó ciego y fue marginado porque sus principios no encajaban con el espíritu del nuevo poder soviético.

En 1926, con 19 años, Varlam inició sus estudios de derecho en Moscú al tiempo que empezó a escribir poesía.

Tres años más tarde fue detenido por difundir el testamento de Lenin, en el que el líder de la revolución criticaba la intolerancia y brutalidad de Stalin.

Shalámov fue condenado a tes años de trabajos forzados en la región de los Urales.

Volvió a Moscú en 1932 y recuperó su actividad literaria, se casó y tuvo una hija.

En 1936, con 29 años, apareció publicado su primer relato, pero al año siguiente, en 1937 fue detenido de nuevo y condenado a cinco años de trabajos forzados por actividades contrarrevolucionarias trotskistas.

En agosto ya se encuentra en Magadán, Siberia, y, a los pocos días, trabajaba en la mina de oro Partizán, en Kolymá.

Durante los años de trabajos forzados hizo de tipógrafo, calderero, explorador y minero del carbón.

Poco antes de cumplir su condena, en 1943, fue arrestado de nuevo acusado de propaganda antisoviética y condenado a diez años más de trabajos forzados: su delito, considerar un clásico ruso a Iván Bunin, escritor emigrado y premio Nobel de literatura en 1933.

Tras un periodo de recuperación en un hospital, en 1945, decide fugarse. Es detenido y condenado de nuevo a una mina de castigo.

En 1946, en una de sus resurrecciones en los hospitales, se encontró con un médico, Andrei Pantiujov, conocido de otras estancias hospitalarias, quien, tras sacarlo del pozo de los reclusos terminales, lo mandó a unos cursos de enfermero. Gracias a esta profesión Shalámov salvó la vida hasta el final de su condena en septiembre de 1953, cuando había cumplido 46 años.

En marzo de ese mismo año moría Stalin.

Shalámov regresó a Moscú en noviembre y, aunque en los campos de trabajo ya escribía versos, en 1954 empezó a redactar sus Relatos de Kolymá.

En 1956 fue rehabilitado por ausencia de delito.

Todo fue mentira en mi proceso, tanto la acusación como los testimonios y las pruebas periciales. Lo único cierto era la miseria humana, dejó escrito.

En 1957 le diagnosticaron la enfermedad de Ménière y fue declarado inválido.

Se separó de su primera esposa y contrajo matrimonio con la poeta O. Nekludíova, con la que no tuvo una relación satisfactoria de forma que se acabaron divorciando.

Shalámov aún contraerá un tercer matrimonio con Nadezhda Mandelshtam.

Las mujeres no han sido muy importantes en mi vida a causa de Kolymá, escribió.

De todas formas, conoció a Irina Sirotínskaya, trabajadora del Archivo Central de Literatura y Arte de la URSS, quien se convertirá en depositaria de la herencia literaria del autor y su albacea testamentaria.

En 1972 concluyó el último ciclo de los Relatos de Kolymá.

La obra no fue publicada en la URSS, donde a Shalámov sólo se le conocía por su poesía y otras obras narrativas: en concreto, novelas y memorias.

Sólo un cuento de los Relatos, el Stlánik le fue publicado en vida, en 1964.

De hecho, la primera edición en ruso de los Relatos apareció en Londres en 1978, sin que se hubiese solicitado el permiso del autor.

Su siempre delicado estado de salud se agravó en 1979 y, con la ayuda de amigos de la Unión de Escritores, fue ingresado en un asilo para inválidos y ancianos.

La primera traducción al inglés de los Relatos de Kolymá  apareció en 1980 en Estados Unidos.

En 1981 Shalámov sufrió un infarto y su estado físico y mental se deterioró.

Toda nuestra vida de viejos será una vida de dolor, físico y espiritual, había escrito de forma premonitoria.

Probablemente bajo el control de las autoridades, aquel anciano, que balbuceaba incomprensibles poesías que brotaban de su alma dolorida y que guardaba trozos de pan bajo la almohada por lo que pudiera suceder, fue trasladado a un centro de enfermos psíquicos crónicos.

A los dos días del traslado, el 17 de enero de 1982, murió, con 74 años de edad, de los cuales más de la mitad fueron vividos en Kolymá, o recordando y destilando aquella terrible experiencia en un arte excelso, o padeciendo las secuelas de aquel sufrimiento encarnado en su cuerpo y en su mente de anciano.

A pesar de su confeso ateísmo, fue enterrado según el rito cristiano en el cementerio de Kúntsevo, en Moscú.

En el mismo año 1982 aparecerá en París la edición francesa de los Relatos de Kolymá, que dio lugar a que, tras su ignominiosa muerte, llegara la gloria para una de las mayores obras literarias del siglo XX y para su genial autor.

La información para este resumen biográfico ha sido obtenida de los textos complementarios de las ediciones de los Relatos en las editoriales Mondadori (1997) y Minúscula (2017), de las que es autor Ricardo Sanz Vicente, y del reportaje de Marta Rebón en El País, 2013, titulado La fragilidad de la cultura.