30 Nov Varlam Shalámov: «Ensayos sobre el mundo del hampa»
Fotografía: Denís Estévez
El sexto y último volumen de los Relatos de Kolymá tiene una especificidad que exige considerarlo como una pieza aparte. Tal condición específica se exhibe ya en su título: Ensayos sobre el mundo del hampa.
En efecto: el contenido del volumen no son narraciones como las de los otros cinco del ciclo, sino ensayos, aunque, como veremos, de técnica peculiar.
Lo que sí es común al resto de la obra es la materia sobre la que trata: la experiencia de vida en los campos de GULAG y las explotaciones mineras de Kolymá pero, específicamente, sobre lo más inhumano que Shalámov observó allí: el mundo del hampa, que constituía una sociedad propia en el contexto de la reunión de presos, trabajadores libres y carceleros.
Shalámov escribió que el campo es el fondo de la vida, y el mundo criminal, el reino del hampa, no es el fondo del fondo. Es algo completamente distinto, del todo diferente, es algo no humano.
Existe una frase banal: la historia se repite, una vez como tragedia, y la segunda, a modo de farsa.
No. Hay un tercer reflejo de los mismos hechos, del mismo argumento: el reflejo en el espejo curvo del mundo subterráneo.
En este espejo curvo de los sentimientos, las horcas que se alzan en los correctivos de las minas se reflejan en los juicios de honor de los hampones.
Los campos son como una gran matrioska de degradación: una sucesión de muñecas, que van desde los campos de recepción a los de tránsito; desde los campos de trabajo o las minas a los hospitales para terminales; y, en todas las estaciones siempre hay una categoría más de ignominia y crueldad: las sociedades de los hampones que ejercen una dominación específica e implacable sobre el resto de los reclusos.
Shalámov analiza las características de ese mundo inhumano a través de ocho ensayos: Sobre un error de la literatura; Sangre de ladrón; La mujer en el mundo del hampa; La ración del preso; La guerra de las “perras”; Apolo en el mundo del hampa; Sergei Yesenin (un poeta ruso) y el mundo del hampa y Cómo “se montan los novelos”.
Su trabajo es tan certero y clarividente que el horror de ese mundo subterráneo, sus códigos y actos se nos hacen perfectamente visibles.
En el primer ensayo, Shalámov plantea de inicio una reflexión que es plenamente pertinente para la actual cultura del entretenimiento:
Al representar el mundo del hampa, la literatura de ficción siempre se ha mostrado comprensiva con él y a veces incluso sumisa. La literatura ha rodeado el mundo de los criminales de una aureola romántica, seducida por sus oropeles. Los escritores no han sabido descubrir el auténtico rostro repugnante de este mundo.
Entre los grandes escritores no encontraremos a quien, tras observar el auténtico rostro de un criminal, le dé la espalda o lo condene tal como debe condenar todo verdadero artista todo lo moralmente despreciable.
Desde los tiempos de Gutenberg y hasta hoy en día (…) los escritores que se interesaban por el mundo del hampa lo abordaban de manera frívola, viéndose atraídos y engañados por sus reflejos fosforescentes, adornándolo con una máscara romántica y, por lo mismo, reforzando en el lector la imagen del todo falsa sobre este mundo pérfido, repugnante, que nada tiene que ver con el humano.
Como colofón introductorio, Shalámov hace explicito el propósito de sus Ensayos: responder a las preguntas ¿qué es el mundo del crimen?; ¿cuándo un hombre deja de serlo?; ¿cómo un hombre se convierte en hampón?
La respuesta a esas preguntas se realiza a través de una técnica de escritura que resulta especialmente eficaz: la combinación de un discurso teórico, racional y discursivo, con la narración de hechos y situaciones que ilustran esa reflexión. Podríamos bautizar el resultado de esa técnica como Ensayo novelesco.
La dialéctica entre la escritura de ficciones y la de ensayos me resulta especialmente interesante. Hay una similitud entre la técnica de Shalámov y las novelas de Milan Kundera, sobre todo después de La insoportable levedad del ser: la yuxtaposición de textos conceptuales, discursivos, con los narrativos que encarnan las ideas expuestas en historias, situaciones y personajes. En el caso de las novelas de Kundera, las reflexiones teóricas ilustran los sucesos novelescos que se narran porque el objetivo no es acceder a un conocimiento concreto y preciso, sino plantear cuestiones, asociaciones, relaciones entre hechos e ideas. Estaríamos ante Novelas ensayísticas, y no ante Ensayos novelescos, como los de Shalámov.
Sin embargo, las similitudes entre la técnica de escritura de los dos autores son notables, e interesantes.
Hay otras formas de relacionar lo ensayístico y lo narrativo, como, por ejemplo, sucede con Borges o con Coetzee, pero ya habrá ocasión de abordar la cuestión en este blog.
Por ahora, quedémonos con una muestra de cómo Shalámov cierra su obra sobre el universo Kolymá centrándose en el hampa:
Los hampones pueden acariciar a un perro y al instante despedazarlo vivo; su curiosidad es grande, en especial si se trata de saber si “¿saldrá con vida o no?”. Habiendo empezado ya desde la infancia a observar una mariposa con las alas arrancadas o un pajarillo con los ojos reventados, al hacerse mayor saca los ojos a un hombre con la misma curiosidad que sentía de niño.
El del hampa es un mundo especial de personas que han dejado de serlo.