La fotografía como poesía

La colección de fotografías reunidas por Denís Estévez bajo el título LOUSAS DUN MESMO MUNDO, que se ha podido disfrutar de febrero a junio de 2024 en la Casa del Cabildo de Santiago de Compostela, ha de entenderse como una manifestación de poesía.

La fotografía ofrece la posibilidad de dirigirse directamente a los sentidos del espectador. La viveza de lo real o la sugestión de lo imaginado se nos pueden presentar como puras expresiones de lo sensorial y de la belleza asociada a ello.

Sin embargo, también existe la posibilidad de que, como en el plano verbal hace la metáfora, la imagen tenga por función transportarnos a otros sentidos figurados, llevarnos a una indagación reveladora y sorprendente que surge de la asociación de conceptos en principio desconectados.

La metáfora es el gran recurso de la poesía, que, al establecer relaciones insospechadas y significativas entre objetos, conceptos y sentimientos, expande nuestra capacidad de comprensión de la realidad e ilumina así nuestro conocimiento con un recurso específicamente artístico.

El espectador puede experimentar el goce estético sensorial desde una actitud pasiva; en cambio, el goce poético exige una disposición proactiva, cocreadora, ya que surge del deliberado acto de comprender que la obra del autor exige del espectador. Si no se da el esfuerzo de una actitud activa, el goce se debilita hasta desaparecer; si, en cambio, se participa del reto planteado por el artista, lo observado pasa a formar parte de nuestra propia experiencia como un acto de creación, como una epifanía.

Pues bien: LOUSAS DUN MESMO MUNDO son veinte poemas que surgen de la combinación de imágenes poderosas y títulos reveladores.

Los recursos gráficos que Denís Estévez utiliza son sencillos: en ocasiones, simples tomas fotográficas de elementos de la realidad; en otras, superposiciones de dos imágenes que producen significativos cambios de textura y profundidad. Y siempre, el sobrio cromatismo del banco y negro que concentra la contemplación en la esencia de lo representado.

A veces, lo fotografiado son formas objetivas, banales; otras, el movimiento o el reflejo crean formas ficticias, que dialogan con entornos rigurosos y, en ocasiones, inquietantes.

Y siempre el resultado es connotado por un título, parte esencial de la propuesta, en el que se despliega el poder de la idea poética.

Todas las obras ejemplifican la fuerza conceptual de la relación entre imagen y palabra, pero, quizás, la que la revela de forma más explícita es AUTORRETRATO: una masa de personas amontonadas en una estructura, quizás el vestíbulo donde se toman los ascensores de un edificio con una pared de cristal en la que la gente se refleja una y otra vez, y de la que emerge una cámara fotográfica dirigida hacia el observador, que es el elemento retratado. Lo autorretratado es el instrumento de fotografiar, algo más allá de lo personal, una herramienta sin personalidad y, sin embargo, característica. Lo que ella registra es lo común, y de eso surge el autorretrato de un elemento sin conciencia; una aporía llena de sentido.

Este juego de ideas metafóricas se da en casi todas las obras: muy destacadamente en la serie de tres piezas, tituladas GALICIA E O MIGRAR, que recorren desde la dimensión colectiva o comunitaria de la experiencia de la emigración, a la soledad de la partida o de la llegada al destino, exótico y ajeno; o en UN MESMO MUNDO, ese que acoge a todas las LOUSAS que componen la exposición, donde lo orgánico y desordenado de un montón de secas raíces vegetales se contrapone a las formas rectas de un tablero publicitario como muestra de la civilización; o en la espléndida ANTÍTESE, contraposición de la realidad del trabajo y la sombra de la ilusión infantil; o en la desesperanza que trasluce TEN QUE HABER UNHA SAÍDA, que retrata una sucesión de telas metálicas y alambres de espino que parecen infranqueables; o en la dramática UNHA TRAXEDIA COTIÁ, con una deslumbrante confrontación entre la imagen de un subfusil y las fluidas y brillantes formas de unos entes vivos, y, por eso, amenazados.

Así, imagen tras imagen, idea tras idea, se va sucediendo un recorrido que parece nacer de aquella cámara fotográfica autorretratada que ha dirigido sus OLLADAS a puntos diversos del mundo: desde el paisaje a la sociedad, pasando por el ser humano. Desde los CEOS, al NAMORAMENTO; desde un XANELA a GALICIA.

Imágenes seductoras y sugestivas enriquecidas por el impulso metafórico de las palabras: LOUSAS DUN MESMO MUNDO es un gran poemario que propone una rica vivencia estética para espectadores despiertos.

Una fiesta de POESÍA VISUAL.