Adios India, adios

Sinopsis

En 1985, José, un joven que cuatro años antes había desertado del servicio militar huyendo a India en busca de un modo de vida alternativo, regresa a Galicia decepcionado por el abandono de una chica alemana de la que se enamoró en Oriente.

A su regreso, José se reencuentra con unos amigos de adolescencia (Paco, pintor sin éxito, Estrella, su mujer y anterior amante de José, y Manuel, alto funcionario de la Xunta) y se vincula con una perra abandonada (a la que bautiza como Sarahi), sobre la que proyecta sus afectos.

Tras una noche disipada y tóxica en la ciudad con Paco, de madrugada, en una playa agreste, José le revela a su amigo la esterilidad de Estrella tras un aborto derivado de la relación que mantuvo con José. Paco ignoraba todo eso y, mientras asimila la noticia, José se introduce en el mar embravecido con intención de recobrar el dominio de sus sentidos. Al correr riesgo de ahogarse, Sarahi acude en auxilio de su dueño, pero acaba tragada por el mar ante la pasividad de Paco. José se lo reprocha, ambos se enemistan y Paco abandona a José en la playa creyendo que será para siempre.

Poco después, José es detenido por una pareja de guardias civiles que hacía ronda por el litoral. Al identificarlo como prófugo, la Guardia Civil confía a José a la Policía Militar, que lo ingresa en la cárcel de A Coruña a la espera de ser trasladado a la prisión militar de Alcalá de Henares.

Paco, que, oculto, observó la detención de José, decide ayudarlo en su nueva situación para lo que solicita la colaboración de Manuel.

Después, Paco va al encuentro de Estrella para reprocharle que le haya ocultado su esterilidad. Tras discutir con violencia, acaban separándose y Paco abandona su casa.

El padre de Paco, jefe de máquinas de un petrolero a punto de zarpar para una nueva singladura, ayuda materialmente a su hijo que, así, tiene posibilidad de iniciar una nueva vida independiente. Como primer hito de esa nueva vida, Paco recibe de José el encargo de recuperar el cuerpo de Sarahi, incinerarlo y guardar sus cenizas, que José quiere esparcir en el Ganges cuando quede libre de su previsible pena de cárcel.

Con la ayuda de Giuseppe, otro amigo de adolescencia, Paco se entrega a esa búsqueda agotadora en diversas playas hasta que, de madrugada, encuentra el cadáver de un perro dando por supuesto que es el de Sarahi, y procede a incinerarlo con mucha dificultad.